¡¿Qué tal?! Ya hace mucho que no actualizaba y vuelvo con muchas ganas!
Semana 37 de mi embarazo arcoiris. Mis sentimientos y emociones. Mi tercer embarazo. El primero: de mi pequeño gran hombre, Jorge, que ya tiene seis años. El segundo: de mi pequeño guisante, Mario. Así se hubiera llamado si hubiera sido niño. Si hubiera nacido, justo cumpliría un año en este mes de septiembre. Ahora, espero a mi princesa Sara.
Estoy nerviosa, ansiosa, agobiada. Por otro lado feliz, mucho. Contenta pero irritable. Llorona, sensible y con insomnio... peeero descansado todo lo que puedo al fin y al cabo e intentando disfrutar de cualquier momento con mis hombres; MM (mi marido) y mi hijo.
MM ya ha vuelto al trabajo tras sus vacaciones y eso también me ha afectado emocionamente.
Hace ya tres meses que no actualizo el blog!
Hace dos meses que cerré la tienda aunque sigo siendo autónoma.
Hace algo más de mes y medio que estoy de baja por lo avanzado de la gestación; por un dolor de espalda que pasó a dolor de pierna y ahora, por suerte (o no) sólo es de pie pero aún no es la baja maternal, sino una baja normal (creo que se llama IT, incapacidad temporal)
Para coger la baja normal como autónoma me la ha dado igual mi médico de cabecera del cap. A partir de ahí se tienen unos días para presentarla en la mutualidad del trabajo que tengas contratada como trabajadora por cuenta propia (en mi caso, Egarsat) y no en la Seguridad Social como yo pensaba.
En mi mutua del trabajo me pidieron rellenar varios cuestionarios con mis datos y datos de mi actividad, tener una visita médica con un médico de la propia mutua, presentar la baja y un informe de mi médico así como los justificantes de estar al día de los pagos de los autónomos de cada mes. Con esto decir que, mientras se está de baja es imprescindible presentar cada semana los boletines de baja y estar al corriente de los pagos de la Seguridad Social (seguir pagando cada mes los autónomos).
De todo esto hace ya varias semanas y no he tardado mucho en empezar a cobrar. Una mensualidad ridícula y más teniendo en cuenta que se tiene que seguir afrontando el pago mensual de autónomo pero bueno, menos es nada claro y me deja pelín más tranquila saber que tengo esta protección económica por pequeña que sea.
Así que tema burocrático en orden pues!
Médicamente hablando: todo en orden! Con tanto orden y tanta normalidad que no me queda más que esperar a que llegue el día en que mi princesa quiera nacer. Así que me pongo nerviosa pero parece que sin motivo racional alguno.
En la semana 36 he vuelto a las clases de preparación al parto y a la maternidad tras el parón de agosto. En la misma semana visita con el tocólogo. Y en la 37 que comienzo toca visita con la comadrona y cultivos.
Estoy sorprendida, para bien, con las clases. Por fin parece que conecto con mi llevadora, partidaria de lo natural sin ser radical (aquí te hablo de llevadoras). Me siento encantada con lo que hacemos en las sesiones y logro relajarme muchísimo con las partes de respiración y relajación, hasta llegar a evadirme del todo de la realidad en algunos ejercicios. Y me va bien, muy bien, ese ratito de conectar con mi estado.
En este tercer embarazo me ha costado bastante hacerme a la realidad que viene, conectar con mi baby princesa. Tengo la sensación incluso de que MM, mi hijo o mi Santa Madre han logrado conectar antes con la espera de Sara que yo misma.
En el primer trimestre por lo mal que me encontraba y por el miedo a que volviera a ocurrir una pérdida, en el segundo, por estrés, cansancio y temas del trabajo,el cierre de la tienda y todo el follón para vender y o guardar el género sobrante, facturas pendientes... hasta tener la baja y poder quedarme por fin en casa algo más tranquila. Y ahora en el tercer trimestre ha sido en la recta final cuando me ha entrado el pánico escénico, no al parto, sino al después. Aderezado con la vuelta al cole y con la situación de que mi Santa Madre se ha roto el peroné y está en casa con nosotros en silla de ruedas. Como ya he parido puedo recordar algunas cosas del parto peeeero algunas las he olvidado. Lo que no olvido es la profunda sensación de cansancio al llegar a casa tras el nacimiento de Jorge, el dolor de pecho con la subida de la leche, sueeeeeeeeeeeño, visitas oportunas y otras que no tanto y, entre otras emociones y sensaciones, bajón y tristeza mezclado con paz y un amor hasta entonces desconocido.
Físicamente:
me veo bien e incluso me siento más ligera que en el mes de julio.
Te dejo unas fotos de estos últimos días! Me ayuda el recordar lo bonito que ha sido el mes de agosto con mis hombres!
Y como las casualidades son caprichosas me ha dado por pensar en que el vestido al que más uso le estoy dando es de color verde. Y que el verde es el color de la esperanza, dicen. Que la que se viste de verde por guapa se tiene, como decía mi abuela, jeje. Que verdes son los ojos de mi Santa Madre y que más verdes que marrones se ven los ojos de MM en los días más bonitos de mucho sol.
Aquí estoy con mi vestidazo verde de Lidl ;) todo el verano con él puesto oye, lavar y poner! A las 22 semanas de embarazo, comprarlo y estrenarlo, en ese marco incomparable que forman la puerta y pasillo de mi casa :)
A las 26 semanas paseando por Torrebonica
A las 28 semanas de embarazo con MM, mi pequeño gran hombre y otra vez el vestido verde, recién salidos de conocer a Sara en una eco 4D en ECOX Sant Cugat. Te conté aquí cómo gané esa eco 4D ¡gratis!
No sabía que volvería a la misma zona de Sant Cugat otra vez! Justo esta semana que acaba, la 36, oooooooootra vez con mi vestido verde, en el Museo del Monasterio de Sant Cugat. Para mi treinta cumpleaños me regalaron un vale para un masaje de pies y piernas en Spa y Té que he usado ahora y tras mi sesión de relax hicimos una visita al Monasterio ( al niño le encantó así que me gustaría preparar un post con lo que vimos e hicimos ese día)
Gracias por leer y seguir por aquí! Feliz rentreé!
Semana 37 de mi embarazo arcoiris. Mis sentimientos y emociones. Mi tercer embarazo. El primero: de mi pequeño gran hombre, Jorge, que ya tiene seis años. El segundo: de mi pequeño guisante, Mario. Así se hubiera llamado si hubiera sido niño. Si hubiera nacido, justo cumpliría un año en este mes de septiembre. Ahora, espero a mi princesa Sara.
Estoy nerviosa, ansiosa, agobiada. Por otro lado feliz, mucho. Contenta pero irritable. Llorona, sensible y con insomnio... peeero descansado todo lo que puedo al fin y al cabo e intentando disfrutar de cualquier momento con mis hombres; MM (mi marido) y mi hijo.
MM ya ha vuelto al trabajo tras sus vacaciones y eso también me ha afectado emocionamente.
Hace ya tres meses que no actualizo el blog!
Hace dos meses que cerré la tienda aunque sigo siendo autónoma.
Hace algo más de mes y medio que estoy de baja por lo avanzado de la gestación; por un dolor de espalda que pasó a dolor de pierna y ahora, por suerte (o no) sólo es de pie pero aún no es la baja maternal, sino una baja normal (creo que se llama IT, incapacidad temporal)
Para coger la baja normal como autónoma me la ha dado igual mi médico de cabecera del cap. A partir de ahí se tienen unos días para presentarla en la mutualidad del trabajo que tengas contratada como trabajadora por cuenta propia (en mi caso, Egarsat) y no en la Seguridad Social como yo pensaba.
En mi mutua del trabajo me pidieron rellenar varios cuestionarios con mis datos y datos de mi actividad, tener una visita médica con un médico de la propia mutua, presentar la baja y un informe de mi médico así como los justificantes de estar al día de los pagos de los autónomos de cada mes. Con esto decir que, mientras se está de baja es imprescindible presentar cada semana los boletines de baja y estar al corriente de los pagos de la Seguridad Social (seguir pagando cada mes los autónomos).
De todo esto hace ya varias semanas y no he tardado mucho en empezar a cobrar. Una mensualidad ridícula y más teniendo en cuenta que se tiene que seguir afrontando el pago mensual de autónomo pero bueno, menos es nada claro y me deja pelín más tranquila saber que tengo esta protección económica por pequeña que sea.
Así que tema burocrático en orden pues!
Médicamente hablando: todo en orden! Con tanto orden y tanta normalidad que no me queda más que esperar a que llegue el día en que mi princesa quiera nacer. Así que me pongo nerviosa pero parece que sin motivo racional alguno.
En la semana 36 he vuelto a las clases de preparación al parto y a la maternidad tras el parón de agosto. En la misma semana visita con el tocólogo. Y en la 37 que comienzo toca visita con la comadrona y cultivos.
Estoy sorprendida, para bien, con las clases. Por fin parece que conecto con mi llevadora, partidaria de lo natural sin ser radical (aquí te hablo de llevadoras). Me siento encantada con lo que hacemos en las sesiones y logro relajarme muchísimo con las partes de respiración y relajación, hasta llegar a evadirme del todo de la realidad en algunos ejercicios. Y me va bien, muy bien, ese ratito de conectar con mi estado.
En este tercer embarazo me ha costado bastante hacerme a la realidad que viene, conectar con mi baby princesa. Tengo la sensación incluso de que MM, mi hijo o mi Santa Madre han logrado conectar antes con la espera de Sara que yo misma.
En el primer trimestre por lo mal que me encontraba y por el miedo a que volviera a ocurrir una pérdida, en el segundo, por estrés, cansancio y temas del trabajo,el cierre de la tienda y todo el follón para vender y o guardar el género sobrante, facturas pendientes... hasta tener la baja y poder quedarme por fin en casa algo más tranquila. Y ahora en el tercer trimestre ha sido en la recta final cuando me ha entrado el pánico escénico, no al parto, sino al después. Aderezado con la vuelta al cole y con la situación de que mi Santa Madre se ha roto el peroné y está en casa con nosotros en silla de ruedas. Como ya he parido puedo recordar algunas cosas del parto peeeero algunas las he olvidado. Lo que no olvido es la profunda sensación de cansancio al llegar a casa tras el nacimiento de Jorge, el dolor de pecho con la subida de la leche, sueeeeeeeeeeeño, visitas oportunas y otras que no tanto y, entre otras emociones y sensaciones, bajón y tristeza mezclado con paz y un amor hasta entonces desconocido.
Físicamente:
me veo bien e incluso me siento más ligera que en el mes de julio.
Te dejo unas fotos de estos últimos días! Me ayuda el recordar lo bonito que ha sido el mes de agosto con mis hombres!
Y como las casualidades son caprichosas me ha dado por pensar en que el vestido al que más uso le estoy dando es de color verde. Y que el verde es el color de la esperanza, dicen. Que la que se viste de verde por guapa se tiene, como decía mi abuela, jeje. Que verdes son los ojos de mi Santa Madre y que más verdes que marrones se ven los ojos de MM en los días más bonitos de mucho sol.
Aquí estoy con mi vestidazo verde de Lidl ;) todo el verano con él puesto oye, lavar y poner! A las 22 semanas de embarazo, comprarlo y estrenarlo, en ese marco incomparable que forman la puerta y pasillo de mi casa :)
A las 26 semanas paseando por Torrebonica
A las 28 semanas de embarazo con MM, mi pequeño gran hombre y otra vez el vestido verde, recién salidos de conocer a Sara en una eco 4D en ECOX Sant Cugat. Te conté aquí cómo gané esa eco 4D ¡gratis!
No sabía que volvería a la misma zona de Sant Cugat otra vez! Justo esta semana que acaba, la 36, oooooooootra vez con mi vestido verde, en el Museo del Monasterio de Sant Cugat. Para mi treinta cumpleaños me regalaron un vale para un masaje de pies y piernas en Spa y Té que he usado ahora y tras mi sesión de relax hicimos una visita al Monasterio ( al niño le encantó así que me gustaría preparar un post con lo que vimos e hicimos ese día)
Gracias por leer y seguir por aquí! Feliz rentreé!
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